Comité denuncia actuación de clínicas anti-homosexualidad en el país
Camila Queiroz
Periodista de ADITAL
Adital
En Ecuador, clínicas llamadas «Centro de Rehabilitación” ofrecen servicios de «deshomosexualización” de mujeres lesbianas. Lo que se encuentra en esos lugares son situaciones degradantes, según denuncia el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), en un comunicado difundido el último día 23.
El texto exige el cierre inmediato de los centros, exponiendo los delitos cometidos en esos espacios. «En estas clínicas se practican castigos físicos y psicológicos que van desde la humillación verbal, insultos, obligación de permanecer esposadas, días sin consumir alimentos, palizas, diferentes formas de abuso y violencia, incluidas, aquellas sexuales como la amenaza de violación entre otras”, se relata.
De acuerdo con el Comité, establecimientos de este tipo funcionan desde hace diez años en el país, internando a la fuerza a cientos de mujeres homosexuales, que enfrentaron o enfrentan un tratamiento considerado como tortura por la Convención contra la Tortura, ratificada por Ecuador e incorporada a la constitución nacional. Además, resalta el Comité, el sufrimiento impuesto tiene el objetivo de castigar a las mujeres que asumieron su orientación homoafectiva.
En junio de este año, dos casos más fueron relatados al Taller de Comunicación Mujer: la clínica Cristo Rey, en Machala, y FAITH, en Guayaquil, también en funcionamiento. Antes de ello, el Taller ya había requerido información al Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) y al Ministerio de Salud sobre los establecimientos. Hay 206 clínicas en Ecuador, y sólo 55 se reportan a ambas entidades.
«Las mujeres internadas contra su voluntad en estos centros están siendo lesionadas, agredidas físicamente, produciendo daños mentales y morales que le impiden conservar su estabilidad psicológica y emocional, vulnerando su derecho a la integridad personal, derecho contemplado en la Constitución Política del Ecuador (CPE), Art. 2º”, resalta.
El Estado ecuatoriano es también responsable de estas violaciones, dado que, teniendo conocimiento de los hechos, no actúa para impedirlos, investigar, juzgar y castigar a los responsables. «(…) la indiferencia o inacción del Estado constituye una forma de incitación y/o de autorización de hecho”, señalan, citando al Comité contra la Tortura.
Las clínicas incurren en muchos delitos contra los derechos de las mujeres, sin respeto por los instrumentos internacionales. Por ejemplo, la Declaración de Beijing y la Plataforma de Acción reconocen que la mujer tiene derecho a controlar y decidir libremente sobre su sexualidad, sin ser sometida a la coerción, la discriminación y la violencia.
Frente a este escenario, Cladem exige que el Estado cumpla con los compromisos establecidos en instrumentos internacionales y deje de estar omiso. «Con su inacción está legitimando la discriminación por orientación sexual que cotidianamente se reproduce en la sociedad; en ese sentido, apuesta por una sociedad antidemocrática, contraria al respeto de los derechos humanos de las personas”, critica la Cladem.