Nos manifestamos sobre lo ocurrido el #16A y reinvidicamos nuestra posición anti capitalista y autogestiva. Con procesos por y para nosotres
Saludamos y aplaudimos a las compas mexicanas. Respaldamos cada bomba, vidrio roto, consigna en grafitti, atropellos a estaciones de transporte público, daños a estatuas, quema de instituciones, en fin, a la acción directa realizada el #16A por mujeres que están hartas de un estado asesino, que viola y ultraja a nuestras compas del contexto mexicano. En México cada dos horas y media ocurre un feminicidio, es el país en el que nuestras compañeras sufren mayor violencia patriarcal.
El hecho ocurrido el 3 de agosto, en el que 4 policías violaron a una chica de 17 años al salir de una fiesta es la prueba fehaciente de que nuestras cuerpas están a disposición del poder. Del poder masculino, heterosexual que comercializa asesina y desaparece a nuestras compañeras.
En la movilización del #16A se materializa la lucha directa contra las instituciones, en especial a la policía. Repudiable insititución que a lo largo de los años ha ejercido la represión y ha fomentado una cultura de violencia patriarcal no solo hacia compañeras sino también a compañeros que injustamente han pagado con su cuerpo y vida.
El estado y la policía no nos cuidan, no nos buscan cuando desaparecemos, no hacen justicia ni reparan a las víctimas. Por el contrario, el estado y la policía nos desaparecen, nos violan si somos vulnerables, defienden agresores, mantienen casos de feminicidios en la impunidad.
La toma del espacio público pretende visibilizar los procesos organizativos que entre mujeres se van forjando debido a la necesidad de protegernos entre nosotras y establecer procesos más justos por las compas que ya no están.
Nos declaramos feministas: feministas incendiarias, feroces, militantes, cuerpas sin miedo a defender con garras y sangre a nuestras compañeras.
Feministas que en la calle armarán barricadas por nuestras hermanas. Que con sus manos destruyen las instituciones donde los femicidas se esconden.
Sigamos luchando, pero no por un feminismo pro estado, reformista que va pidiendole migajas al estado para que deje de matarnos. Sigamos luchando por fuera de las instituciones, sin permisos ni control policial. Armemos redes y procesos de autodefensa que nos otorgen la autonomía de hacer justicia por nuestros medios