Un resúmen del evento que se desarrolló el 20 de marzo de 2014, dentro del Queering Paradigm 5 en FLACSO.
FORO
«Clínicas de «deshomosexualización»:
delito común o violencia estructural?
Ponentes: Dr. Ramiro García – Abogado Constitucionalista; PhD Melani Penna – Psicóloga; Kelly Perneth – Antropóloga; Mgs Patricio Aguirre – Ministerio de Salud del Ecuador; Karen Barba – Directora de Causana.
Resumen:
Karen Barba, Directora general de Fundación Causana, expone sobre la experiencia de trabajo que esta Organización a realizado en este tema. Hace referencia a lo que ocurre en los mal llamados centros de recuperación donde se dan prácticas de tortura de tipo marcial y donde se comenten otros delitos muchas veces con el apoyo de iglesias cristianas. Asimismo menciona que la Fiscalía y el MSP poco pueden hacer en la práctica para cerrar estos lugares.
Ramiro García dice que este no es un problema únicamente de las personas LGBTI sino de toda la sociedad ya que se está institucionalizando la tortura y el plagio con la venia del Estado. Estas prácticas tienen rezagos de lo que ocurre en las prisiones. De la misma forma al privar de la libertad a cualquier persona sin orden judicial, sin fórmula de juicio y sin el debido proceso se cae en el delito de secuestro. Estos secuestros e dan por las conductas de las víctimas que no se ajustan a los patrones sociales, entre ellas la homosexualidad. Por eso se debe decir sin más NO A LOS CENTROS DE TORTURA.
Melani Penna opina que no se deben llamar clínicas a estos centros de tortura y que hay que desconocer la posibilidad de la deshomosexualización. Ya entrando en materia nos menciona que la Psicología ha teorizado por más de 200 años sobre la locura y la homosexualidad. Ella crea un paralelo entre estas dos realidades cuando la ciencia las patologiza. Por esta razón se dice que se puede curar y se preguntan a qué edad comienzan. Igualmente menciona como la religión ha homologado la maldad y el egoísmo con la locura. Así propone que las clínicas de tortura son espacios concebidos desde las subjetividades y el mercado para curar cualquier cosa de acuerdo a la idiosincrasia de la sociedad. Finalmente sostiene que debe ser una labor colectiva la eliminación de estos sitios.
Kelly Perneth cuestionó el papel de los movimientos sociales en esta realidad al no pronunciarse sobre estos atropellos. Se refiere a la deshomosexualización como parte la desinfección del espacio público que aplica la sociedad sobre todo lo que no está bajo sus normas en este caso heterosexuales. Afirma que se nos ha enseñado a creer que por ser diferentes y por esto subversivos, somos cuerpos infectados que debemos purificarnos para reinsertarnos en la vida de la comunidad o ser simplemente recluidos donde no podamos contaminar. Hace una diferenciación entre el cuerpo natural y el cuerpo cultural y qué lugar ocupa el cuerpo en la construcción del espacio público, que interacciones existen y que lecturas se dan alrededor. Menciona que la disciplina social ha creado estas cabinas de vigilancia que son los centros de tortura llamados clínicas de recuperación que pretenden llevar al orden a las personas es decir volver a los binarismos. Con estas torturas y falsas terapias se pretende reeducar al cuerpo, es así que estas prácticas constituyen una pedagogía para corregir estos cuerpos distintos muchos de los cuales al no ser enrumbados nuevamente en su deber ser se convierten en vidas sacrificables en bien del resto de la sociedad. Ella concluye que por estas razones este tipo de violencia es estructural sin duda alguna.
Patricio Aguirre, funcionario del MSP por su parte expone cuales han sido las medidas que esta Cartera de Estado ha tomado para regular los centros de recuperación. Informa que la política pública refleja lo que es el país y sus necesidades reconociendo sus inequidades tratando de conectar la política pública con la realidad lo que es difícil y debe ser plasmado en normativas y reglamentos.
Finalmente se abre un espacio de diálogo con el público en el que principalmente se cuestiona la labor del Estado, su anuencia y la negligencia que muestra ante estas violaciones a los DDHH. Se deja entrever la grave situación de los derechos humanos en un país en el que se impone una sola voz: la del oficialismo que busca estandarizar a las personas desconociendo la diversidad de las manifestaciones humanas. El consenso es que se deben cerrar definitivamente estos centros de tortura por ser los sitios donde se materializa la violencia estructural.
Una vez que lxs otrxs panelistas nos hagan llegar sus ponencias, serán subidas a este sitio.